La rápida digitalización en el sector sanitario ha traído consigo numerosos beneficios. Sin embargo, también ha incrementado significativamente la vulnerabilidad y el número de ataques contra entidades de dicho sector. La creciente conectividad de los sistemas médicos para que sean interoperables y el almacenamiento electrónico de grandes volúmenes de datos médicos, y por ende sensibles, han convertido al sector en un objetivo prioritario para los grupos de cibercriminales.


